Todos queremos lo que no podemos tener. Y elcabello no es la excepción. Si el nuestro es de textura delgada, pensamos que no tiene vida y hacemos todo lo posible porque luzca voluminoso y seductor. Aunque como suele ser tan delicado, las sustancias químicas de los productos capilares terminan por dañarlo y quitarle la poca fuerza que posee.
Basada en mi fina cabellera y la experiencia por tratar de darle más cuerpo, les diré que su transformación no es tarea imposible y hasta le podemos sacar mucho provecho a su naturaleza dócil y suave. Solo depende de cómo lo tratemos y de la paciencia para esperar el cambio.
En primer lugar, hagamos una revisión de los productos que usamos. Los anticaspas son uno de los más dañinos por la presencia de fuertes químicos en su composición. Te darás cuenta de sus efectos porque se te cae el pelo a borbotones y lo que queda de él se vuelve quebradizo y opaco.
Antes de cambiar a un shampoo más suave, es recomendable utilizar uno para bebés al menos por una semana para aclimatar al cuero cabelludo y permitirle que se recupere de tanto químico. Asímismo, se debe complementar aplicando acondicionador únicamente en las puntas, al menos hasta que el cabello tenga más brillo y fuerza.
Después del lavado hay que enjuagar muy bien y secar, permaneciendo con la toalla en la cabeza por el lapso de tres minutos, de modo que la cabellera sienta el calor de la felpa y se deje peinar mejor. Para ello hay que pasar primero un peine de cerdas gruesas, luego uno de cerdas delgadas y finalmente el cepillo.
Para hacerlo más sedoso, el pelo necesita ser cepillado todas las noches antes de dormir. Y también es recomendable ponerle ampollas una vez por semana y hacerle unacondicionamiento con productos minerales cada quince días.
Parecen muchas indicaciones, pero no toman tanto tiempo y se disfrutan muchísimo. Más cuando vemos los resultados en una bella y saludable cabellera.
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