Cuando se es adolescente, algunas de nuestras costumbres infantiles se van olvidando y perdemos la esencia de la niñez.
Halloween es una demostración de ello, puesto que cuando éramos niños todos esperábamos esta fecha para recolectar caramelos o comprar ese disfraz tan bonito. Ahora que hemos crecido el Día de las Brujas, se convierte en un buen pretexto para dar una fiesta y bailar con amigos en casa.
En mi clase, por ejemplo, estamos preparando una fiesta, pero en vista de que muchos tenemos otras ocupaciones y no podemos invertir mucho tiempo en ella la hemos pensado de la siguiente manera.
Las chicas se dividirán en dos grupos: unas serán las encargadas de hacer unas compras rápidas en el supermercado de cosas para comer y refrescos que no faltarán mientras que otro grupo se encargará de decorar de una manera que no tomará más de media hora (para ello es mejor adelantar las compras un fin de semana antes) y esperar el día para colocar todo.
- Para nuestra decoración usaremos globos de colores alusivos y aprovecharemos la gran escalera que hay fuera del lugar para colocar unos fanales (se verán muy bien en la oscuridad).
- Para hacerlo más divertido todos los invitados recibirán una pulsera con gel (de esas que brillan en la oscuridad) y tendremos listas algunas bombardas de papel para hacer explotar durante la pachanga.
Los hombres nos haremos cargo de la música, las bebidas y la disposición de la casa(quitar los muebles para tener más espacio, distribuir las sillas y ese tipo de cosas).
El lado divertido lo pondremos con unas binchas de diferentes animales y personajes para que tanto varones como mujeres podamos tener una parte del disfraz.
Espero que estas sencillísimas ideas te sean útiles para pasar un Halloween diferente, lo cierto es que sea cual sea el lugar, la diversión se arma si estás entre amigos.
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