Ya comenzaron las clases y en vez de encontrarnos emocionados por encontrarnos con nuestros amigos después de las vacaciones, para algunos la cosa no es tan agradable, especialmente cuando sus compañeros de escuela son los principales verdugos de su vida emocional y social, sometiéndolos a burlas públicas que terminar por dejar una huella imborrable en su autoestima.
Para nadie es un secreto que el bullying escolar existe más allá de las series norteamericanas. Siempre hay un personaje al que “agarran de punto” en la escuela y cuando nos sentimos identificados con ese personaje literalmente desearíamos que nos trague la tierra antes de que quienes nos molestan copien las tácticas para hacernos quedar en ridículo.
Lo más proable es que si ahora nos encontramos en esta situación también hayamos pasado por ella anteriormente. Es que la fama del “punto” no es algo que desaparece fácilmente, aunque depende mucho de nosotros el que la situación se vaya “evaporando” con el tiempo.
Por más debilitada que se encuentre nuestra autoestima, lo mejor es tomar el toro por las astas y asumir que necesitamos ayuda antes de que las burlas y molestias de parte de nuestros agresores (porque eso son) nos ganen la moral y creen el llamado efecto paralizante, que es el que nos impide actual a tiempo para defender nuestra integridad a causa de la idea de que nos van a derrotar nuevamente.
Con la experiencia de quien pudo salir a tiempo de una vorágine de atropellos -en buen cristiano, le “puse el parche” a tiempo a quienes me fastidiaban en el cole-, les recomiendo ir más rápido que volando a sesiones de terapia psicológica. En ellas les brindarán una serie de ejercicios para ayudarles a sentirse nuevamente seguros de sí mismos(as) y desarrollar lo que se conoce como tolerancia a la frustración y a que les “tomen el pelo”.
Uno de los mejores recursos para superar este problema es aprender a reírnos de nosotrosmismos(as), de manera que cuando surjan nuevas burlas estemos más preparados(as) emocionalmente para hacerles frente sin sentirnos mal por ello, e incluso aprendiendo a burlarnos de nosotros mismos.
Así mismo, para responderles a nuestros agresores -especialmente si son más fuertes que nosotros en el aspecto físico, como suele suceder- es aconsejable tomar clases de algúnarte marcial, el que más se acomodo a nuestra constextura y talla. Ojo que no se trata de atacar, sino de aprender a defendernos, desarrollando más fuerza y reflejos.
En adición, les recomiendo que tengan la suficiente confianza de contarle a alguien dentro de su escuela que pueda hacer algo para ayudarlos, al igual que a otros chicos y chicas que son víctimas del bullying. Recuerden que la unión hace la fuerza y que más pronto se acaba un problema cuando todo ponemos manos a la obra. ¡Adelante!
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