Repetí el año. ¿Y ahora qué hago?

Las vacaciones ya terminan y otra vez hay que ponerle mucha fuerza al año escolar que viene. Sin duda, será un poco “pesado” acostumbrarse de nuevo al uniforme y la mochila después de tantas salidas sin más que nuestra fresca ropa de verano o bolsos “ligeritos”, en el caso de las chicas. Pero también será muy divertido encontrarnos después de varios meses con todos nuestros amigos y pasar las anécdotas que solo ocurren en un salón de clases.

Sin embargo, cuando en vez de estudiar nuevamente con nuestros compañeros del año pasado nos quedamos “rezagados” y volvemos a repetir el grado, las cosas no se ven tan alegres. Por el contrario, sentimos una gran frustración y vergüenza de saber que ellos avanzan y nosotros “quedamos en el camino”, a manera de castigo por no haber aprovechado las oportunidades que nos dieron nuestros padres y maestros.

La verdad es que si bien no pusimos de nuestra parte (o por lo menos, no del todo), tampoco debemos verlo como un castigo divino, sino como una lección de lo que nunca debemos volver a hacer. Además, tampoco podemos quedarnos “varados” sin ir a la escuela por miedo al qué dirán, ya que eso solo confirmaría que no hemos aprendido de nuestros errores y que no estamos dispuestos a ganarnos nuevamente la confianza de quienes (aún) creen en nosotros.

Si como en el caso de algunos de mis amigos, nuestros papás han querido que continuemos en el mismo “cole” -o ya sea que los cambien a uno nuevo-, lo más práctico es esforzarnospara ser mejores alumnos que en los años anteriores. Para ello, lo más recomendable es reconocer nuestras fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas (lo que se conoce como análisis FODA) para prever cómo nos irá este año.

Conversemos con nuestros padres y profesores y, de ser posible, pidamos clases extra para reforzar lo que nos faltó el año pasado y/o asesoría de un psicólogo que nos oriente y motive a lograr nuestros propósitos. Con un poco de fuerza de voluntad no solo aprenderemos más y mejor, sino que hasta nos podremos convertir en el modelo de nuestros nuevos compañeros y amigos. ¡Sí se puede!